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19 mayo, 2013

Pasta fresca con salmón

La pasta es un ingrediente que solemos tener todos en casa. Es fácil de guardar, sea fresca o seca. Es económica y versátil. 

Versátil porqué la puedes hacer simple o de lo más sofisticada.

En casa nos gusta con un simple chorrito de aceite de albahaca (casero) y un buen queso parmesano por encima.

El aceite de albahaca, yo lo hago así: pongo aceite en un cazo y lo caliento sin que llegue a hervir. Eso quiere decir que con 5 minutos es suficiente. Lo dejamos enfriar un poco y le echamos la albahaca fresca y lo pasamos por la batidora eléctrica o Thermomix. Lo pongo en un biberón de plástico, de los que se suelen utilizar hoy en día en las cocinas o si no lo tenéis, lo podéis guardar en un bote de cristal que cierre bien. Lo guardo en la nevera y dura mucho.

Aunque hay veces que me gusta darle un toque diferente, o simplemente, para hacer de este plato un único plato en días que no te puedes esmerar en la cocina.

Así pues, os dejo esta receta de pasta fresca con salmón que espero que os guste y os pueda solucionar algún menú de la semana.






Ingredientes

2 paquetes de Tagliatelle frescos
2 lomos de salmón con su piel (unos 300 gr)
Cebollino fresco
Aceite de oliva
Pimienta
Sal gorda


Preparación
En una sartén antiadherente ponemos el salmón cortado en daditos con un chorrito de aceite.

Lo salpimentamos y lo salteamos.

Mientras tanto, habremos hervido la pasta, que en este caso utilicé de la fresca, pero podéis usar de la seca.

La repartimos en cada plato y le ponemos el salmón encima.

Añadimos un chorrito de aceite de oliva y el cebollino picado para dar frescor al plato.




Nota

Esta receta acepta todo tipo de pescados.

Este plato es de los que se debe hacer en el momento, pero por ejemplo el salmón lo podéis tener hecho y reservado en la nevera y pasarlo un momento por la sartén.
 
Yo uso casi siempre pasta fresca porqué es más fácil que te quede al punto, pero por supuesto se puede hacer con la seca, es más, podéis hacer este plato con la pasta que más os guste o tengáis a mano.

No tiréis la piel del salmón: aunque no la vayáis a utilizar, la congeláis para aprovechar otro día, pronto os lo cuento que hacer con estas pieles.

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